Lecce. Fotografia: Empar Sáez
DELIRIO DEL INCRÉDULO
Bajo la flor, la rama, sobre la flor, la estrella, bajo la estrella, el viento. ¿Y más allá? Más allá, ¿no recuerdas?, sólo la nada, la nada, óyelo bien, mi alma, duérmete, aduérmete en la nada. Si pudiera, pero hundirme…
Ceniza de aquel fuego, oquedad, agua espesa y amarga, el llanto hecho sudor, la sangre que en su huida se lleva la palabra. Y la carga vacía de un corazón sin marcha. De verdad, ¿es que hay nada? Hay la nada. Y que no lo recuerdes. Era tu gloria.
Más allá del recuerdo, en el olvido, escucha en el soplo de tu aliento. Mira en tu pupila misma, dentro, en ese fuego que te abrasa, luz y agua.
Mas no puedo. Ojos y oidos son ventanas. Perdido entre mí mismo no puedo buscar nada. No llego hasta la Nada.
María Zambrano. Poemas Ediciones de La Isla de Siltolá, 2018
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