Seydisfjördur. Fotografia: Empar Sáez |
Durante milenios la lengua era invisible. Nube mágica, o alma. Aliento animado y animante y animal en el viento transparente del mundo.
De pronto, a causa del libro —a causa de la inscripción gráfica— la lengua conoce un inimaginable cara a cara consigo misma.
La filologia és la millor de les carreres, "l'amor a la paraula".
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